CELAC: Desafíos regionales frente a los aranceles de Trump
- Redacción Xnews
- 16 abr
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Dra. Ma. Del Rocío Méndez Bautista

La política comercial de Donald Trump, caracterizada por aranceles recíprocos y una retórica proteccionista bajo el lema “Make America Great Again”, impactó significativamente no sólo a las economías de América Latina, sino también a nivel global.
Durante la última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Honduras, coincidieron dos eventos clave: la entrada en vigor de la segunda fase de los aranceles impuestos por Trump y el inició de una nueva etapa de liderazgo republicano marcada por la fuerza del proteccionismo más agresivo. Este enfoque se reflejó en la intensificación de medidas arancelarias contra la mayoría de los países, con excepciones notables: China, que enfrenta un arancel de 125%, y para los bienes protegidos por el T- MEC de México y Canadá que quedaron exentos.
En su declaración final, la CELAC reafirmó su postura contra el aislamiento político de la región y abogó por el fortalecimiento del multilateralismo y el diálogo, así como por una América Latina unida frente a los desafíos globales. A pesar de ello, las posturas divididas en torno a la relación con Estados Unidos y la falta de consenso han debilitado la capacidad de respuesta de la región.
Creada en 2011 por iniciativa de Hugo Chávez, la CELAC surgió con el objetivo de promover la integración regional excluyendo a Estados Unidos y Canadá. Su principal función es articular mecanismos de concertación política y cooperación entre los países latinoamericanos y caribeños, estableciendo así una voz común.
A nivel global, la CELAC ha experimentado una evolución significativa. Sus antecedentes se remontan a la década de 1980, cuando se formó el “Grupo de Contadora” integrado por Colombia, México, Panamá y Venezuela, con el objetivo de promover la paz en Centroamericana, particularmente en El Salvador, Nicaragua y Guatemala.
Una década después, este esfuerzo se amplió con la creación del “Grupo del Río”, que incorporó a más países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela, consolidando así un mecanismo de diálogo regional con mayor alcance e influencia.
En la actualidad, la CELAC continúa enfrentando desafíos significativos, especialmente en la implementación de avances concretos en áreas prioritarias. Sus esfuerzos de cooperación se han centrado en temas claves, como la recuperación económica, la lucha contra el cambio climático, la educación y el desarrollo social.
Asimismo, ha impulsado activamente el comercio justo de bienes y servicios, como quedó demostrado en la reciente Mesa Redonda Empresarial UE-ALC, organizada conjuntamente por la Comisión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina.
Un avance significativo fue la creación del Foro China – CELAC en 2014, que ha demostrado la capacidad del organismo para establecer alianzas estratégicas. Este mecanismo se sustenta en un Plan de Acción Conjunto para la Cooperación de Áreas Clave, a través del cual se busca consolidar el patrón de relaciones entre ambos bloques, al tiempo que se proyecta internacionalmente como un componente del nuevo regionalismo para un mundo multipolar.
Es necesario recalcar que, a pesar de los esfuerzo de cooperación, con otras potencias, las divisiones internas persisten, especialmente en relación con la postura frente a Estados Unidos. Un ejemplo claro fue la IX Cumbre CELAC 2025 en Honduras, donde Argentina, Nicaragua y Paraguay denunciaron falta de consenso democrático para considerar su postura en la Reunión. Este episodio evidenció la dificultad para articular una postura unificada, dejando a la mayoría de las delegaciones, que refrendaron su compromiso con el organismo, en una posición idealista frente a la fragmentación real.
Por lo que se refiere a la relación con Estados Unidos, se puede resaltar que, es el principal socio comercial de la región (representa el 40% del comercio exterior), y su política de aranceles bajo la administración Trump sólo son una señal de que Norteamérica priorizará sus intereses sin miramientos. Sin embargo, la CELAC no ha logrado actuar como contrapeso efectivo, en parte porque países como, Argentina, Ecuador y el Salvador, en lugar de fortalecer lazos intrarregionales, compiten entre sí por cuotas de mercado con Estados Unidos, reproduciendo dinámicas coloniales de división.
Lo dicho hasta aquí supone que, China ha sabido capitalizar estratégicamente el vacío dejado por otros actores, aumentando su influencia en la región. Prueba de ello es la próxima Conferencia Ministerial China - CELAC programada para el 13 de mayo.
México, por su parte, ha adoptado un enfoque pragmático, promoviendo la unidad regional por encima de diferencias ideológicas. Su presencia en la CELAC ha demostrado que la integración es crucial para mitigar el impacto de las decisiones comerciales de Washington. Si los países latinoamericanos pusieran en marcha estrategias de intercambio comercial que permitan potencializar sus sectores claves, fomentando la interdependencia complementaria, los embates arancelarios tendrían un menor impacto.
Los retos son amplios en un escenario volátil que crea diferencias entre unos y otros. Y ahora que Colombia asumirá la presidencia pro tempore de la CELAC acercándose a China y a la Unión Africana, los desafíos de la Comunidad no se disipan. La falta de estrategias claras, la carencia de recursos financieros propios y, sobre todo, la falta de voluntad política de algunos países por contribuir a la integración y consolidación de este mecanismo de concertación política llevan únicamente, a evidenciar la polarización regional que deviene en un bloque a la deriva con bajo liderazgo ante la presión arancelaria de Trump.
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